Amar sin dualidad, sin juicios, quién sabe si sin NINGUNA CONDICIÓN, esa es la máxima propuesta.
Cuando nacimos estábamos perfectamente programados. Teníamos una tendencia natural a concentrarnos en el amor. Nuestra imaginación era creativa e intuitiva, y sabíamos usarla. Estábamos CONECTADOS con un mundo mucho más rico que el mundo con el que ahora nos conectamos,