Entrevista a Àlex Rovira, autor de “La buena vida”
“CUANDO NADA TIENE SENTIDO LO ÚNICO QUE NOS SOPORTA ES EL AMOR”
Por Silvia Gelices
“La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amor, tendrás amigos…” Estos versos del poema “Palabras para Julia” de José Agustín Goytisolo abren el último libro del escritor barcelonés Àlex Rovira. Y es que la vida es bella si la hacemos bella, porque “la buena vida” habita en cada uno de nosotros y nuestros sueños se esconden en los gestos más cotidianos. Otra vez Rovira nos ofrece un caudal de reconfortantes reflexiones, de hermosas palabras que nos ayudan a andar el camino de la vida con los pies en el suelo y la mirada en las estrellas.
Hace unos años vivió la “buena suerte” y ahora una “buena vida”.
Este libro nace de los artículos que periódicamente publicaba en El País. Mi editor y gente de mi entorno, a raíz de ir leyendo mi columna semanal, que ahora vuelvo a retomar después de siete meses de ausencia por motivos personales, me dijeron que mis reflexiones les habían sido muy útiles. Mi editor me dijo que hacía tiempo que estaba en la línea del relato y me animó a escribir otra vez ensayo. A nivel personal necesitaba cambiar de registro.
Dicen que no hay dos sin tres: buena suerte, buena vida y…
Efectivamente se trata de una trilogía… y después vendrá la “buena gente”, es la consecuencia natural. Las personas que crean buena vida y buena suerte son la buena gente. Gente con una postura existencial y una manera de entender la vida a partir de una serie de principios, actitudes y valores.
¿Por qué escogió el poema de José Agustín Goytisolo “Palabras para Julia” para encabezar su libro?
Me encanta la poesía y soy un gran lector de poesía. También he escrito algo pero no he publicado nada, ya llegará su momento cuando sea viejito. La poesía es un arte mayor, es la forma más sublime de expresión que pueda haber porque implica la concisión y la emoción esencial. Hay muchos poemas que me han acompañado como oraciones en momentos difíciles cada cual tiene sus palancas y sus puntos de apoyo y la poesía de Goytisolo me mueve y me emociona muchísimo, porque en ella aparece la desnudez, la lucidez, la honestidad, la integridad de un padre que ama a su hija y le da un aliento de esperanza. Paradójicamente, él acabó suicidándose y eso para mí eleva la categoría de esa poesía.
La vida es bella pero ¿qué pasa cuando te sientes “perdida y sola” como Julia? Viktor Frankl, mi autor de referencia con el que hubo un antes y un después en mi vida, consiguió poner en orden cosas que yo arrastraba desde hacía tiempo, sobre todo a partir de la pérdida inesperada de seres queridos un día pierdes a un amigo en accidente, otro por un cáncer… Y te preguntas ¿pero esto qué sentido tiene? Supongo que es cuando pierdes definitivamente la ingenuidad. Frankl preguntaba a sus pacientes que por qué no se suicidaban y ellos les respondían que no lo hacían porque amaban algo o a alguien. Cuando nada tiene sentido, lo único que nos soporta es el amor y la creatividad. Y una variable fundamental es la esperanza, sin ella no podríamos proyectarnos en un futuro deseado y nos plantearíamos muchas veces dejar de andar.
¿Así, el gran reto sería a pesar de todo seguir mirando al frente y avanzar?
El gran reto es hacer la introspección interior necesaria, no sólo en momentos de compulsión y de crisis, sino cuando la placidez nos acompaña para desde la gratitud valorar lo que tenemos, desde la humildad reconocer lo que es esencial, desde la responsabilidad cuidarlo y desde el amor mirar de hacerlo crecer, a pesar de que las cosas no las podamos gobernar siempre a nuestro gusto, sobre todo en las relaciones.
Dice que la buena vida es la suma de las aptitudes con las que decidimos vivirla. ¿Siempre podemos elegir la vida que deseamos?
No sé si siempre. Para mí este año ha sido muy complicado. Cuando vives un duelo por diferentes pérdidas no puedes hacer otra cosa que entregarte a la tristeza. Creo que no se puede hacer proselitismo ni impostación de la felicidad ni del sentido. Todo tiene su elaboración y hay veces en que tienes que pasar por la travesía del desierto y bajar al infierno para luego volver a nacer y desde ahí reconocer lo sagrado que tiene la vida, pero no me refiero al dogma o a lo místico, sino a lo básico, a lo esencial, a tener salud, a tener unos padres que todavía viven, unos hijos a los que quieres, amigos que te acompañan y a los que amas, al amor en definitiva. Creo que finalmente es eso lo que nos permite tirar adelante.
¿Desde un planteamiento existencial?
No sólo desde un punto de vista filosófico nosotros probablemente tenemos mucho más poder de construcción de nuestro escenario del que imaginamos. Yo no creo aquello que dice Coelho de que el universo conspira cuando deseas algo. Somos nosotros lo que tenemos que conspirar para cambiar el mundo. Tenemos muchos más grados de libertad de lo que nos imaginamos, por lo menos en nuestro entorno y circunstancias.
¿Es cierto que querer es poder?
Hoy a nivel científico ya se sabe que antes de cualquier acción hay un pensamiento y un sentimiento movidos por una aptitud. El problema es que vivimos profundamente dormidos y nuestro propósito es despertar a la conciencia de ser, pero éste es un trabajo de madurez espiritual y de entrega total a partir de la práctica de la atención central consciente, de la meditación y del servicio. De todas las herramientas que he probado la que me ha sido más útil es darte a los demás con consciencia y aplicar la técnica del sobreesfuerzo consciente con la voluntad de servir.
Pero a algunas personas se les pasa la vida pensando en el mañana o lamentándose por lo perdido en el ayer.
El lugar donde reside la enfermedad es en el pasado y el futuro. La salud está en el presente. Sólo es posible vivir la buena vida aquí y ahora. Sin duda somos consecuencia de lo que hemos vivido en el pasado y no podemos cambiarlo, pero sí puedo cambiar el sentido que le doy aquello que viví para proyectarme en el futuro crecido, ampliado, renovado, renacido. Puedo caer en el victimismo o puedo convertir mi sufrimiento en una fuerza creativa, hacer alquimia interior. Cuando la vida te golpea con fuerza te das cuenta de que es mejor no construir escenarios que se pueden desvanecer con un soplo.
¿Por eso hay que andar el camino con los pies firmes en el suelo y la mirada hacia las estrellas?
Claro, lo importante no es tanto la realización del deseo que tienes de cara al futuro, sino lo que ese deseo hace para que tú te realices, para que te movilices y renazcas continuamente. Yo creo que, como decía Hermann Hesse, no nacemos el día que salimos del vientre de nuestra madre, sino que estamos renaciendo continuamente si somos capaces de ver que cada instante de la vida es un regalo.
Y para vivirla como un regalo mejor ir ligero de equipaje ¿no?
Saberse ligero te facilita el camino. Se trata de hacer limpieza de pensamientos, de falsas creencias, de prejuicios, de proyecciones que nos impiden ver la realidad como es y que nos condiciona la idea que tenemos de nosotros mismos. Liberarnos de aquello que compramos con el dinero que no tenemos para impresionar a quien no conocemos o no nos cae bien, hipotecando a la larga nuestra vida, y ahora estamos pagando las consecuencias. Y luego habría que hacer balance emocional de vez en cuando y ver si hay un equilibrio entre lo que estamos dando y recibiendo.
En su libro también habla de felicidad.
La felicidad está en el amor, la ternura, el afecto. Nadie es más feliz que el que ama y a su vez se siente correspondido. Y también está en valorar lo que tienes y en encontrar un motivo por el cual vivir, pero hay muchos que confunden la felicidad con consumir y acumular bienes materiales.
Un plan de choque para vivir una buena vida en tiempos de crisis.
En primer lugar, el coraje para arriesgarnos para aprender, crecer, compartir y amar. Si las cosas no van bien hay que moverse el victimismo y la resignación no te llevan a ningún sitio. Luego responsabilidad para tomar consciencia de lo que tienes y hasta dónde puedes llegar. Propósito para capear el temporal en ese tiempo sobrio y austero. Y humildad para valorar lo que tenemos y aceptar si hay que apretarse el cinturón. En definitiva diría que igual que no hay noche sin día, ni dolor sin esperanza, habría que ver la crisis como una oportunidad de cambio de paradigma a muchos niveles. El entorno en el que nos estábamos moviendo no era sostenible, no se puede esperar un crecimiento ilimitado en un mundo limitado.
¿Se considera un hombre con suerte?
Schopenhauer decía que el azar reparte las cartas pero tú las juegas. Yo he tenido momentos de todo en la vida, de suerte pero también he tenido reveses muy bestias. Pero si me los miro con distancia y superado ese duelo, quizá esos momentos han sido bendiciones. La suerte hay que trabajarla para crear las circunstancias, con responsabilidad y trabajo perseverante.
¿ Y qué ha encontrado en su particular laberinto de la felicidad?
Al final el viaje te lleva al centro de ti mismo, porque te das cuenta de que la felicidad no depende tanto de las cosas que te rodean como de la actitud con la cual decides vivir la vida.
¿Su brújula interior hacia dónde le guía?
Al escribir intento que mi universo de contenidos sea coherente y al final todo pivota alrededor de lo mismo: las preguntas esenciales de quién soy, de dónde vengo, a dónde voy, qué es el amor, qué es la felicidad, qué sentido tiene la vida, qué es la muerte y Dios. Estas preguntas son mi brújula interior y hacia allí iremos yendo.
INSPIRADOR DE VIDAS CON SENTIDO
Àlex Rovira Celma (Barcelona, 1969) es licenciado en Administración y Dirección de empresas por ESADE. Además de su tarea académica en diferentes instituciones de prestigio es director de programas de Executive Education de ESADE. Es también colaborador habitual de diversos medios de comunicación entre los que destaca El País Semanal o la prestigiosa revista japonesa de psicología Psiko, además de colaborar semanalmente en la Cadena Ser. También es consejero de relevantes empresas, así como de diversas fundaciones y ONG. Es coautor de los best-sellers “La buena suerte” y “El laberinto de la felicidad” y autor de los ensayos “La brújula interior”, “Los siete poderes” y “Las palabras que curan”. Actualmente dirige la colección Relatos de la editorial Aguilar. Recientemente ha publicado “La buena vida” en la misma colección. Este libro cuenta con una tirada inicial de ocho mil ejemplares en catalán, editado por Ara Llibres, y de cincuenta mil en castellano, por Aguilar, y ya se ha convertido en éxito de ventas.
Entrevista publicada en Diari de Terrassa el 6 de diciembre de 2008
Comentarios
Excelente entrevista, yo también comparto su idea de que cuando todo en la vida “parece” que nos falla el principal sustento es el amor de las personas cercanas y la esperanza de que después de un periodo de sombras nos está esperando un nuevo periodo colmado de luz