Entrevista a Santiago Navarro, protagonista de una bonita historia de amor
“QUIERO DECIRLE QUE ELLA HA SIDO EL AMOR DE MI VIDA”
Busca un amor de juventud del que no sabe nada desde hace 50 años
Silvia Gelices
Los surcos que atraviesan su rostro delatan su prolongado paso por la vida, pero sus ojos azules brillan y se emocionan como los de un niño cuando afloran recuerdos de amores de juventud. Santiago Navarro nació en Terrassa hace 88 años. A los 14 entró a trabajar en una fábrica textil y allí estuvo hasta que se jubiló a los cerca de 65. Cincuenta años trabajando para sacar adelante a la familia, su mujer y sus dos hijos, y cincuenta años guardando celosamente el secreto de un amor jamás nombrado, sólo recreado en la memoria de los amores platónicos de juventud.
Muchos años guardando el secreto del amor de su vida.
Cincuenta años hace que la conocí y desde entonces siempre la he tenido presente en mi memoria sin decírselo jamás a nadie, ni a ella, ni a mi mujer e hijos.
Tras haber celebrado las bodas de oro, ¿qué tal se lo ha tomado su mujer?
Ella no es celosa y lo ha visto como algo natural que pasa cuando eres joven. Yo la quiero muchísimo y no me he arrepentido nunca de haberme casado con ella. Ese amor platónico de juventud ahora ya no significa nada.
¿Entonces, por qué quiere volver a verla?
Quiero saber qué ha sido de ella y de su vida. Querría explicarle el amor que sentí por ella secretamente sin atreverme ni a insinuárselo.
¿Por qué, cuando tuvo ocasión, nunca le dijo que estaba enamorado?
Pensé que ella era demasiado para mí porque pertenecía a un nivel social más alto y yo era un pobre trabajador. Además, sus padres cómo me iban a aceptar como futuro yerno. Ellos querrían algo mejor para su hija. Eso me enfrió y me desanimé.
¿Cómo la conoció?
La conocí en la fábrica textil La Llanera. Ella trabajaba en el despacho como escribienta. Un día que fui a ayudar a un amigo mío en el negocio de las lanas, la vi a ella. Me quedé impresionado, fue un flechazo. Mire si me quedé atontado que mi amigo no paró de bromear durante todo el día…
¿Y la continuó viendo?
A veces me la encontraba en el camino hacia el trabajo y la saludaba. Sé que vivía en la Rambla, era de familia bien. Fueron pasando los años y un día decidí cambiar el trayecto al trabajo para no verla, porque desearla y no poder tenerla me hacía daño.
¿Cuántos años tenía usted entonces?
Tendría unos 23. Acababa de hacer la mili en Valladolid. Mire, esta foto que traigo para que si ella me ve me reconozca es de la mili. Ella tendría unos 18 años, pero no lo sé con seguridad. Ni siquiera sé cómo se llama.
¿La ha vuelto a ver desde entonces?
Al cabo de diez años nos encontramos en la sala de espera de un médico del Portal de Sant Roc. Ella se acordaba de mí y hablamos de la vida en general. Cinco años más tarde me la volví a encontrar en el tanatorio pero ni siquiera nos dijimos nada. Y ya no la he vuelto a ver más.
Y está removiendo cielo y tierra para saber algo de ella.
He intentado ponerme en contacto con los antiguos dueños de La Llanera, pero están muertos. Y todos los amigos que podían saber algo de ella ya no viven. Es decepcionante.
¿Y sabe si ella vive?
He ido al Registro Civil para ver si existe registro de defunción, pero claro como no sé ni cómo se llama, no me pueden decir nada.
La esperanza es lo último que se pierde.
Si ahora la viera, la reconocería en seguida, aunque tenga ya 80 años. Quiero ponerme en contacto con ella antes de morirme para saldar una deuda pendiente conmigo mismo. No sé qué es más difícil, si encontrarla o que aún viva. Sería un milagro, ¿no?
Entrevista publicada en Diari de Terrassa el 10 de febrero de 2008
* Al cabo de unos meses de salir publicada esta entrevista Santiago se reencontró con su amor de juventud.
Comentarios
quina història més preciosa, aquest home es mereixia trobar el seu amor de juventut. aquestes petites coses que pasen són les que em fan continuar creient en l’esser humà quan miro al meu voltant i només veig deshumanització. Em fan sentir bé. gràcies per compartir-la amb nosaltres.