Superar las pruebas de la vida

Alguna cosa, de repente, cambia y nos saca de nuestra calma. Puede ser el diagnóstico de alguna enfermedad, la muerte repentina de algún ser querido, una separación, un despido laboral, un accidente….Sea lo que sea, tu vida ha cambiado y no das crédito al cambio.
En esos momentos nos sentimos superados por las circunstancias y sin demasiadas opciones:desesperados, vulnerables, llenos de miedo y con una gran carga de ansiedad. Nadie puede negar que sufrir una pérdida es algo sumamente doloroso, pero también puede ser el inicio de algo diferente, incluso mejor que la anterior situación.
Con que la vida es equilibrio, cada supuesto mal implica a su vez algo bueno con lo que se equilibra. Es decir, tras la crisis siempre llega un nuevo orden que implica la comprensión de todo el proceso de crisis.
Por desgracia, a corto plazo no siempre están claras las compresiones de las pérdidas y las crisis: nacen en el pasado, se muestran en el presente y se comprenden en el futuro, siempre en este orden.
Casi todas las personas nos hacemos las siguientes preguntas cuando estamos pasando por una crisis personal: ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Y entonces nuestro ego nos grita: “Esto no me puede estar pasando a mí” “NO QUIERO”... y el ego empieza a pelearse con la realidad. Y pensamos incluso que Dios se ha olvidado de nosotros (cuando, probablemente, en realidad ahora es cuando más se está ocupando de nosotros).
El ego te dirá que esto que te está pasando es injusto para que tu sufrimiento continúe y poder coger él el control de la situación. El ego siempre ve las crisis como “inaceptables” , pues sabe perfectamente que provocarán una toma de consciencia que llevará inevitablemente a la disolución total del ego.
Y es que en el fondo una crisis bien metabolizada es una bendición. Por qué? Porque disuelve el ego y saca a la luz el YO verdadero, es decir la esencia de amor que eres y siempre has sido.Y lo que parece insoportable se convierte en una oportunidad de crecimiento al descubrir que somos más fuertes, más creativos y más sabios de lo que creíamos.
Sea lo que sea lo que te está pasando en estos momentos es lo que necesitas. Por qué? Sencillo, porque si no te encontrarías en medio de otra situación diferente. Estás donde necesitas estar (aunque tu ego se rebelará y no aceptará esta afirmación… no te preocupes, es normal y forma parte de tu evolución).
Las crisis siguen patrones muy similares siguiendo estas etapas:
- Negación: No aceptas la nueva situación y piensas que se trata de una pesadilla o un error. Tu razón te dirá: “Esto no está pasando, es una equivocación”.
- Rabia: No hay duda. No se trata de una pesadilla, es la pura realidad. Y reaccionamos emocionalmente con ira, rabia y enfado. Es todo tan injusto que la rabia parece ser la única respuesta posible.
- Culpabilidad: O la culpa es de los otros o mía. y nos hacemos las víctimas. Tarde o temprano te darás cuenta que la culpa siempre es improductiva y sólo te hará sufrir.
- Depresión: Cuando te das cuenta que las cosas han cambiado de verdad y nunca volverán a ser como antes, sientes que ya no hay sentido y la tristeza se apodera de la situación. Todavía no se es capaz de ver el principio de algo nuevo, que puede ser incluso mejor.
- Aceptación y cambio de valores: Ya que la situación externa es la que es y no la podemos cambiar, sólo podemos cambiar la situación interior.Como? Aceptando los hechos y modificando nuestra escala de valores, relativizando las cosas y viviendo el presente.
Lo más importante de las crisis es en la persona en que te convertirás una vez las hayas superado: Y es que las crisis no te hacen insensible al dolor, sino todo lo contrario: te convierten en una persona sensible y flexible. Las dificultades nos enseñan a descubrir potencialidades y recursos que desconocemos de nosotros mismos.
Las crisis te llevan a recuperar tu poder personal, es como si en tu interior se produjera un traspaso de poder del miedo al amor. Y esto quizás no habría pasado nunca a no ser gracias a una crisis.
Todo tiene un propósito más allá de las apariencias, pero tendrás que encontrarlo. Recuerda que no existen atajos: la salida de una crisis está después de haber pasado por todo el proceso.Además, una crisis no se puede controlar, pues es sumamente agotador. Confía en el proceso: date permiso para no controlar lo que sucede. No niegues o ignores tus emociones. Acepta incluso las emociones que querrías no tener. No trates de cambiar tus sentimientos, simplemente acéptalos. Por intenso que sea tu sentimiento de pérdida, pasará y estarás bien.
Si comprendes que todo tiene un propósito, aceptarás que nada sucede por casualidad (lo que te está pasando es lo mejor que te puede pasar, aunque ahora no lo sepas ver). Cada pérdida comporta una ganancia y cada cosa que te pasa tiene su razón de ser. Puede que ahora no esté claro, pero sin duda lo estará.
La vida desplegará una cadena de casualidades que unirán pérdidas con oportunidades y aparentes coincidencias provocarán hechos que después serán fundamentales en tu proceso de salida de la crisis.
La inteligencia del Universo ya está actuando: Fluye y todo estará bien.
Comentarios
Todo nuestro pasar ya está escrito….
Muchas gracias por tu articulo. Un cordial saludo.